Hoy vamos a ver otras cositas que necesitáis saber para empezar a trabajar con fimo.
Como decíamos hay muchos
tipos de fimo; cada tipo es bueno para un objetivo diferente:
fimos soft (más blando y manejable, bueno para muchas de las técnicas del fimo, pero no tanto para miniaturas).
fimo classic (más duro y dificil de mezclar, bueno para miniaturas y si trabajas en sitios con mucho calor, ya que aguanta más).
fimo effect (fluorescente, brillantes, traslúcidos, simulando piedra, colores metálicos, pastel y ahora también tienen simulando piedras preciosas).
fimo puppen (especiales para hacer figuras humanas).
fimo líquido (pues eso, líquido, puede simular casi cualquier líquido o encapsular tus obras quedando casi como detrás de un cristal. También vale para pegar piezas de fimo entre sí, estén ya hechas o no).
Además ahora tienen fimo de secado al aire, que nunca he usado, pero parecen dar un aire más natural a los trabajos.
Como veis, Fimo tiene una buena variedad de colores, aunque limitada con respecto a otras marcas. En su web (
http://www.fimo.com/) podéis encontrar todo lo que comercializan, aunque algunas cosas son realmente difíciles de encontrar en tiendas.
Yo suelo usar el soft para casi todo, aunque ahora para las miniaturas me estoy acostumbrando al classic, que me viene mucho mejor, porque en mi casa hace mucho calor e incluso con aire acondicionado el soft parece derretirse. También uso mucho el effect transparente blanco y algo el amarillo (quedan muy bien en los productos de comida). Ahora he empezado a trabajar con el bronce y el plata (al bronce le veo futuro, pero el plata no me ha gustado mucho). Con el fimo líquido he empezado hace no mucho, pero me encanta.
Todos los tipos de fimo se pueden mezclar (con mejor o peor resultado, pero poderse se puede); también todas las marcas de arcilla polimérica.
Hay también muchas
herramientas para manejar el fimo que comercializa la marca Fimo, aunque yo el set que tengo es de
sculpey ^^'.
Para empezar no te harán falta tantas herramientas especializadas, con unas pocas cosas básicas y algo de imaginación se puede empezar.
Si quieres empezar con el fimo, estas son la
herramientas imprescindibles con las que os deberíais ir haciendo.
1 un rodillo o algo con lo que dejar la masa plana (mejor de plástico, los demás materiales tienden a pegarse).
2 una cuchilla (en este caso es un cutter nuevo, afilado y grande).
3 algo con punta redondeada para modelar (en este caso es un palito de
la nintendo pero vale un boli que no pinte o algo así).
4 si tenéis herramientas de modelado como la de la foto de las de toda la vida también valen, pero aseguraos que están limpias.
5 palillo o alguna herramienta puntiaguda (que no tengo foto).
Ya si quieres hacer más cosas puedes ir adquiriendo herramientas recomendables, como son la
laminadora, un
punzón, un
cortador, una
extrusora,
algunos moldes, etc...
Es útil tener a mano toallitas mojadas (de las de culito de bebé :P), tanto para limpiarte tú como para limpiar las herramientes y las piezas (sobre todo las claras) de posibles manchas con el roce de otra pieza o con el polvo. Es recomendable lavarse bien las manos al empezar y al terminar, y alguna vez entremedias también cuando haya cambio de color.
¿Ya tienes la figura de fimo? Pues ahora al
horno.
Tienes que tener un sitio donde meterlo, claro. Yo tengo mi bandejita de aluminio que sólo uso para el fimo. Además, cuando la pieza es muy fina, la coloco sobre papel de horno, así no corro el riesgo de que se pegue un poco a la bandeja y se pueda romper al cogerla.
El fimo se hace a 110ºC-130ºC, durante media hora, aunque hay que tener en cuenta el grosor de la pieza para darle más o menos tiempo. El horno tiene que estar precalentado antes de meter la pieza.
Una vez pase el tiempo, hay que tener cuidado al abrir el horno: los gases son tóxicos, así que ten en cuenta que la habitación esté bien ventilada en ese momento. En un primer momento puedes notar que las piezas parecen blandas, no te asustes, se terminan de endurecer mientras se van enfriando.
La pieza puede meterse en el horno tantas veces como quieras sin quemarse, siempre que respetes los tiempos y los grados.
Ahora que ya tienes la pieza tienes que darle un buen
acabado. Eso ya depende de cada uno: hay quien las pule hasta la saciedad, hay quien las deja tal cual o que le dan algo de barniz. En mi caso suelo darles con una lija media y luego con lija de agua y después las barnizo con barniz mate o brillo (Fimo y Sculpey comercializan sus propios barnices).
También puedes añadir algún detalle con pincel, como ojos o brillos. Los acrílicos suelen quedar bien. Además, si las quieres convertir en abalorios, tendrás que trabajar un poco más.
Si no has tenido tiempo de acabar tu pieza y tienes que dejarla para otro día, no es buena idea dejarla al aire, acaban cogiendo polvo y pueden llegar a agrietarse en el horno. Lo mejor para
guardar el fimo sin cocinar de un día para otro es envolverlas en papel albal o en plástico de cocina (es el único plástico que no derrite el fimo) y a ser posible guardarlo en algún sitio como un tapper hermético o similar, aunque hay que tener cuidado con el calor o el frío.
Bueno, para una segunda parte ya está bien. En la próxima empezamos a tocar el fimo, así que preparadlo.
Si aún queréis saber más sobre el fimo os recomiendo el foro de la ACE, la asociaicón de Arcilla Polimerica de España:
aquí, donde tienen las respuestas a casi todas las preguntas básicas.
